domingo, 2 de febrero de 2014

TÚ DIME VEN, QUE YO NO DEJO NADA

Tu dime ven que yo no dejo nada… Tu dime ven, pero me niego a disfrutar de un café en compañía de Nieves, mientras intentamos colocar los acontecimientos que nos rodean a las dos y que unen más nuestros lazos. Tu dime ven, pero no disminuiré los momentos al lado de mi tesoro, la que me ofrece besos y caricias, la que desde su inocencia y debilidad me pide que la proteja. Los deliciosos momentos pegando pegatinas, jugando en el agua…El tesoro que es la esencia que da sentido a mis días. Tu dime ven, pero no perderé la sonrisa que comparto con mis amigos. Las risas que nos producen nuestros conflictos internos, nuestras virtudes, defectos…Son mi pasado, mi presente y mi incierto futuro, el que construyo con un inmenso miedo consecuencia de la falta de atención hacia mí misma, que me hizo caer hacia la tristeza más profunda. Tu dime ven, pero no renunciaré a absorber mi soledad, a respirar el aire que antes me axfisiaba y ahora limpia mis pulmones. A los momentos en los que me paro en pensar mis necesidades, haciéndolas realidad con unas pocas acciones. Tú dime ven, que yo iré si puedo y quiero, pero jamás cambiaré los placeres que encuentro en esta rutina que olvidé un día.

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